Nunca lo olvides: ERES LO QUE COMES y lo que piensas.
La comida que introduces en tu cuerpo es lo que gradualmente, con lentitud, pero también con seguridad, va formando tus esquemas de pensamiento. Y tus pensamientos, conscientes o inconscientes, tienen el control absoluto de tu salud o tu carencia de ella.
Si has comido carne durante muchos años y decides hacerte vegetariano, el brusco cambio puede provocarte una grave enfermedad, como ocurre con demasiada frecuencia; por eso muchos piensan erróneamente que el vegetarianismo “hace mal”.
Antes de iniciar el proceso de conversión al vegetarianismo es necesario desear hacerlo por las razones correctas. El primer motivo es una auténtica compasión por nuestros hermanos, los animales. Ahorraré mucho tiempo si cito aquí cierta entrevista del New York Times con un esclarecido ranchero, que quizá comenzaba a experimentar la compasión, pero que aún no había captado en toda su verdad la crueldad de criar animales para carnearlos.
Durante esa entrevista, el ranchero habló de sus vacas con el periodista. Explicó cómo se crían los terneros, especificando gastos, pérdidas y ganancias, cuánto era preciso obtener por los cadáveres de los terneros, los de las vacas y los novillos (hígado de ternera, hamburguesa, bifes y asados), a fin de ganarse la vida como criador. Cuanto dijo en la entrevista se aplica también a las ovejas y los cerdos, y sus respectivas crías (costillas de cordero, costillas de cerdo, jamón y tocino).
— ¿Sabe usted? — dijo el ranchero al periodista—. Uno llega a ponerse sentimental con estos animalitos. ¿Sabe que la vaca madre puede reconocer a su propio ternero entre mil cabezas o más? Y cuando separamos a los terneros para despacharlos, las madres se quedan junto al corral, mugiendo con unos sonidos que uno jamás ha oído en una vaca. Es como si supieran lo que pasa. A veces pasan allí una semana o más, aunque el ternero ya no está, sin comer absolutamente nada. A algunas se les despelleja la garganta de tanto mugir, y no pueden tragar. Llega el momento en que hay que sacarlas de allí por la fuerza para que no se maten de hambre.
Claro, más pérdidas, menos ganancias; eso no se puede permitir. Se te ha enseñado que tu cuerpo necesita proteínas (carne) para mantenerte saludable. Se te ha enseñado un mito.
Pese a lo que te han hecho creer, degollar a un pavo o a un pollo también causa dolor y sufrimiento.
Los peces mueren con más lentitud, con la blanda boca desgarrada por la punta afilada del anzuelo, o si están atrapados en la red, debatiéndose en la agonía, boqueando en busca de “aire” (agua, para ellos). Los peces son una parte importante de la ecología natural; cumplen funciones vitales al nadar en ríos, arroyos, Lagos y océanos durante su breve vida.
Existen muchos ejemplos, en el mundo animal, para demostrar que el aspecto carnívoro de la “cadena alimentaria” tan sagrado para los biólogos, no es necesario para sobrevivir con salud.
Si vacas y terneros, ovejas y corderos, monos y gorilas padres y crías, jirafas e hipopótamos, pueden sobrevivir saludablemente siendo vegetarianos no hay motivos por los cuales leones, tigres, leopardos y otros animales no puedan hacer lo mismo, dado el tiempo suficiente para que devuelvan sus órganos digestivos al estado original.
Cuando en tu corazón y en tu alma, se despierta un sentimiento hacia los peces, las aves y en general todos los animales, cuando tu mente comienza a comprender el inmenso daño hecho a tu cuerno cuando comes la carne traumatizada de las víctimas, puedes emprender el proceso de hacerte vegetariano; aunque no de la noche a la mañana, ya que puede ser peligroso para el organismo.
El modo ideal de limpiar tu cuerpo de la impureza de años, es eliminar todas las carnes rojas (bistec, hamburguesas, cerdo, jamón y tocino) por un periodo de tiempo, durante el cual se puede consumir pescado y aves, hortalizas y frutas, pan, cereales y todos los productos de granja: huevos, leche y queso, además de frutas y/o jugos de frutas naturales.
Luego, elimina el pescado, las aves y los huevos (embriones de pollo no fertilizados, por supuesto), pero sigue comiendo todo tipo de hortalizas y frutas, pan, cereales, lácteos, frutas y jugos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario